La Nutrición durante una enfermedad
La Nutrición durante una enfermedad
Aunque no es posible revertir la enfermedad, un sistema inmunológico fuerte y saludable es una manera de darle a nuestro cuerpo una protección adicional. Enfocarnos en alimentos ricos en nutrientes y hábitos saludables puede ayudarnos en nuestra recuperación.
Existen ciertos nutrientes que ayudan al inmunológico, y por suerte los podemos encontrar en diferentes alimentos:
Los betacarotenos pertenecen a un grupo de pigmentos de color llamados carotenoides. Se convierten en vitamina A en el cuerpo y se encuentran en muchas frutas y verduras. Estos son considerados antioxidantes. Los puedes obtener en alimentos vegetales, como las zanahorias, la papaya, el mango, el brócoli, las espinacas y los tomates.
La vitamina C además de ser antioxidante, también tiene papel en la reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo. Los alimentos ricos en vitamina C incluyen frutas cítricas, berries, kiwi, guayaba, fresas, pimientos y brócoli.
La vitamina D se encuentra en pescados grasos y en el huevo. La leche y algunos jugos están fortificados con vitamina D y pueden ser también fuentes de este importante nutriente. Además de tener un papel importante en nuestros huesos y músculos, la vitamina D es indispensable para que el sistema inmunitario pueda combatir las bacterias y los virus que lo atacan.
El zinc se encuentra en las células de todo el cuerpo, y también ayuda al sistema inmunitario a combatir bacterias y virus que invaden nuestro sistema. Asimismo, ayuda al funcionamiento normal del sentido del gusto y el olfato. Este tiende a absorberse mejor de fuentes animales como la carne de res y los mariscos, pero también se encuentra en fuentes de origen vegetal como el germen de trigo, los frijoles, las nueces y el tofu.
Otro nutriente importante, y que seguro has escuchado de ellos son los probióticos. Estos son considerados bacterias “buenas” que promueven la salud. Se pueden encontrar en productos lácteos cultivados como el yogur con cultivos vivos y también en otros alimentos fermentados como la kombucha o el kéfir.
Trata de consumir 5 porciones de vegetales y frutas al día para obtener vitaminas, minerales y antioxidantes que puedan respaldar tu sistema inmunológico.
Existen muchos remedios a base de hierbas que se promueven para ayudar a combatir los resfriados o acortar su duración, pero recuerda siempre consultar a un profesional de la salud antes de tomar cualquier suplemento o medicamento.
Además de una buena alimentación, debes cuidar otros hábitos como el sueño adecuado y manejo del estrés. Encuentra una manera de lidiar con el estrés, como la meditación, escuchar música o escribir. La actividad física también es una excelente manera de ayudar a controlar el estrés y además puede ayudar a reducir el riesgo de algunas enfermedades crónicas que podrían debilitar aún más nuestro sistema inmunológico, PERO no es recomendable realizar ejercicio si estás cursando alguna enfermedad, por más ligera que sea la gripa. ¿Por qué? Porque tu cuerpo necesita descansar y ocupar toda la energía en combatir la enfermedad. Tranquil@, no te pasara nada si paras un par de días.
Por último, la falta de sueño contribuye a una variedad de problemas de salud, como un sistema inmunológico debilitado. Se recomiendan de 7-8 horas diarias de descanso y en horarios adecuados.
Quisiera cerrar este blog con la frase de Hipócrates, “Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina”.
Si tienes alguna duda, contáctame @valerianutricion